La poesía: revolución que late en las letras

Hoy, 21 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Poesía, esa forma de resistencia que convierte el lenguaje en latido, en luz, en fuego.
La poesía es la gran revolución silenciosa, la que no necesita armas porque tiene versos que desnudan la verdad. Es la que transforma el dolor en belleza, la rutina en asombro, el susurro en grito, el caos en paz.
Es la trinchera de quienes sueñan con otro mundo posible, la voz de quienes no pueden hablar, la brújula de los que se atreven a sentir. Gran canalizador del ser, una forma pura de resistencia y libertad.
Escribimos poesía para no olvidar, para desafiar la inercia y la memoria, para hacer del amor un acto político y de la palabra un refugio porque en cada poema hay un destello de cambio, un eco de justicia, un abismo que nos obliga a mirarnos más profundo.
Desde que soy niña, la poesía ha sido mi refugio, mi escape, mi manera de entender y desafiar el mundo. Escribo y leo poesía como quien respira, como quien necesita soltar para sostenerse. La poesía me ha dado impulso más veces de las que puedo contar: ha sido vuelo y revelación.
Hoy celebramos la poesía, porque nos recuerda que somos humanos, somos historias, somos pasión y emoción. Y mientras haya alguien que escriba o lea un poema, el mundo seguirá latiendo con la esperanza de ser un poco más libre.