“Cuando una madre se muere” (Otra manera de adiós)

17.05.2025

Cuando una madre se muere, no se apaga solo su voz.
Se apagan todas las preguntas que hacía una y otra vez,
de formas distintas, con ternura infinita,
como si quisiera quedarse un rato más en tus días.

Hoy la extraño con un dolor que desgarra.
Extraño sus manos, su voz dulce y pausada,
los mensajes lentos llenos de silencios que también eran amor.
Extraño incluso lo que antes me molestaba.
El arrastrar de sus pies pequeños por la casa,
ese sonido que juré que no iba a soportar un minuto más
y que hoy daría todo por volver a escuchar.

Extraño su disposición incondicional,
ese estar sin apuro, sin condiciones,
su forma de escucharme, aunque no entendiera todo,
aunque repitiera cada palabra.

Porque cuando una madre se muere, no se va del todo.
Se queda en vos de maneras nuevas.
Pero hay días como hoy en los que eso no alcanza.
Días en los que la ausencia pesa más que el recuerdo.

Y, sin embargo,
en medio de esa ausencia,
sigo sabiendo que su amor está.
Disponible.
Como siempre.
Solo que ahora…
en otra forma.

(Pronto este será uno de los episodios del podcast "Lo que aprendí del adiós", gestado desde "Qué Tupé, Relatos de Medianoche" buscando ser parido).