De la Avenida al Arroyo
La mayoría de los veranos de mi vida de chico y adolescente fueron más de arroyos que de océanos. Mucho más de montes recostados contra el agua que corría apresurada entre piedras y juncos que de arenas doradas. Más de trinos de pájaros en las siestas de enero que de gaviotas desembarcando en la orilla costera.