En el umbral donde el alba apenas roza los párpados del mundo,
cuando el silencio aún no ha sido profanado por el nombre de las cosas,
una mujer —o quizás un susurro del viento—
despierta con los pies descalzos y un cuenco de cobre entre las manos.

En la noche más larga,
cuando el velo es delgado y la llama danza,
vuelven los dioses olvidados
a rozar la piel de la Tierra.

Hace una semana que en mi caminata diaria me encuentro con un corazón pintado a mano. La primera vez debo reconocer que me sorprendí... Como si hubiera encontrado un pequeño milagro callado.

Sobre mí

Mi nombre es Bettina Silva Carneiro. Miro con otros ojos y cuento historias.

Escribo desde que tengo memoria, tirada en el suelo del enorme patio de mis abuelos, entre naranjos y hortensias, mirando las constelaciones en el cielo.

Leer más

 

Contactame

Para reflexionar e intercambiar juntos. Talleres personalizados de lectura y escritura creativa. Organización de tertulias y encuentros de lectura.

Contacto